lunes, 12 de abril de 2010

Mi condición

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No es este blog un lugar idóneo para encontrar textos personales, sentimentales o baratijas emocionales. En estos artículos suelo colocar cosas que son realmente importantes para mi, aunque algunas las podais catalogar de banales, pero todas tienen un gran significado para mi, y esa es precisamente la finalidad de que las recopile. Que alguna que otra persona pueda disfrutarlas como yo.
El caso es que hoy me dispongo a hablar de algo que sé con certeza, es importante para todos y cada uno de los que esteis leyendo. Una madre.
Yo solo tengo una, y voy a hablar de ella. Luego si quereis hablare de las de los demás.

Mi madre es como una gran nave espacial, a veces el Enterprise y a veces la Estrella de la Muerte.
Una nave gigantesca, en la que hace el papel de capitana y al mismo tiempo de nave.
Mi madre se gobierna a ella, y al mismo tiempo nos gobierna a todos los demás. Obviamente no se trata de una dictadora ni mucho menos, pero si de una jefa en toda regla.
Me la imagino como una nave espacial por lo poderosa, decidida, lo compleja, lo peligrosa y lo segura que parece.
¿Alguna vez os habeis preguntado al ver una nave espacial en una película, para qué sirven tantos recobecos, cables, tuberias, mandos, pilotos, lucecitas, lasers, cabinas, puertas... etc?
Así es mi madre. Al conocerla se esforzará en sonreirte, dirigirse a tu territorio, mostrarte que lo conoce, hacer la conversación y la convivencia lo más cómoda posible y hacerte sentir bien.
Pero luego, una vez dentro de la nave, cuando pasas a formar parte de la tripulación de la nave Mama, te das cuenta de lo abrumadora que resulta, de el respeto que le tiene la gente que ya formaba parte de esa tripulación, y de que si tu elección es quedarte dentro tienes que saber a lo que te "enfrentas".
Una gran tripulación guiada por la nave. Todos seguros. Todos contentos. Todos sonriendo. La capitana también, de ver que todo marcha correcto. Que no hay ningún peligro. Que las misiones salen bien una detras de otra.

50 años de viaje dan para mucho. En mi caso, llevo solo la mitad del trayecto, unos años reales menos, y otros años de despiste que también estan borrados de mi historial de tripulante...
En todos estos años, creo que he tenido la mejor madre del mundo. Y ojo, vuestras madres también son las mejores del mundo, por una simple razón. Gracias a nuestra madre somos lo que somos. Esta es una frase muy trillada, pero es la pura verdad.
En mi caso, y reuniendo todos mis valores, mis defectos y mi forma de ver la vida, mi madre consiguió hacer de mi quien hoy soy. A mi madre le debo mi condición.

Mi madre sabe todo de la vida. Mi madre conoce la respuesta a todos los problemas, hasta los que no intento resolver mediante ella, en un momento utiliza su escaner espacial y detecta las anomalías en el espacio-tiempo para resolverlas de un plumazo.
No se le puede esconder nada a la maldita nave espacial.
Mi madre es la persona más culta que he conocido en mi vida. Arte. Personajes. Política. Música. Pintura. Cine. Ahí es donde he intentado pillarla, aunque no creo que lo haya conseguido del todo.
Para una persona de su condición, ningún regalo material puede sorprender. Muy dificil. Por primera vez en mi (nuestras) vidas, el tripulante le ha proporcionado un manual a la nave. Aunque suene absurdo y quizas el contenido del libro no sea de mucha utilidad a la hora de proseguir con el viaje, resulta simbólico que el alumno pueda enseñar algo al maestro. Que las nuevas generaciones continúen con la condición que se lleva tantos años forjando.
Y lo seguirá haciendo. Y salvo alguna excepción como esta, con lecciones para la tripulación por parte de la nave. Porque a todo lo que aspiran los pequeños persojanes que viajan en la nave es a poder ser algún día capitanes.
Me llevas media vida de ventaja, pero para quien realmente eso es una ventaja es para mi, que tengo ejemplo, heroína, tengo madre y consejera, tengo modelo a seguir y tengo la ventaja de jugar siempre sobre seguro cuando hago las cosas como las harías tu.

Te quiero mama. Gracias por mi.